Sevilla huele a azahar y a sol.
Se nota en sus calles la tradición y el buen humor de sus gentes.
Contemplar desde el suelo, sentado en cualquier rincón del Real Alcázar, su belleza; te hace sentir muy pequeño pero a la vez te enseña que por pequeños que seamos, juntos podemos crear grandes cosas. Algo, que en pleno siglo XXI estamos olvidando...
Patio de las Doncellas |
Un palacio lleno de historia por el que pasaron romanos, árabes, taifas, almohades, reyes castellanos y actualmente miles de visitantes.
El salón de los embajadores es una de mis salas favoritas, sobre una cúpula de madera dorada impresionante y muros de yeserías y azulejos.
Destacan sus jardines con una extensión de 60.000 m2 y especies exóticas.
Salón de los Embajadores |
Más que un palacio, un placer para la vista.
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